La incertidumbre sobre cuándo empezar a usar puntas de ballet es muy habitual tanto en estudiantes de danza como en sus familias. Te explicamos algunos de los factores a tener en cuenta para decidir este importante momento.
Las zapatillas de punta son probablemente el elemento más característico del mundo del ballet. Frecuentemente las jóvenes estudiantes de danza clásica tienen prisa por empezar a utilizarlas y verse cómo auténticas étoiles. También es común que surjan dudas en sus familias, si es el momento o no de empezar a bailar en puntas, si podrían lesionarse, etc.
Veamos los diferentes aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de dar el salto a empezar a utilizar las zapatillas de punta en clase de ballet.
La edad
Muchas veces se intenta definir el momento de empezar con las puntas con respecto a la edad de las niñas. Se suele establecer en torno a las 12 años pero en realidad es un factor nada determinante. No es lo mismo la edad biológica que la edad cronológica, por ejemplo.
El crecimiento y la madurez ósea
Hablando precisamente de esta diferencia entre la edad biológica y la edad cronológica es dónde nos encontramos con la cuestión de la madurez ósea. El final del crecimiento óseo en los huesos viene marcado por la fusión o cierre de las epífisis (placas de crecimiento). En las chicas, esto suele ocurrir alrededor de los 14 años y en los chicos sobre los 16.
Se suele decir que la edad recomendada para empezar las puntas es a los doce años porque ha acabado a fase de crecimiento del pie, pero en realidad todavía no ha finalizado la fase de maduración ósea. No hay evidencias sobre que le uso de las puntas dañe los huesos en proceso de crecimiento pero sin embargo sí hay constancia de que los movimientos repetitivos causen daños.
Experiencia en danza clásica y madurez técnica
Un factor muy importante a tener en cuenta a la hora de decidir cuándo es el momento de usar puntas de ballet es la madurez técnica dentro de la danza clásica.
Las alumnas deben tener un buen control postural y un buen tono muscular abdominal y de toda la musculatura de la espalda. Deben también tener una buena colocación respetando la alineación de cadera, rodilla y tobillo. Además, resulta necesario disponer de un buen grado de movilidad en la flexión plantar y tener un buen control de los movimientos de los tobillos.
El hecho de iniciarse demasiado pronto en la técnica de puntas, cuando no se reúnes todos los factores anteriormente descritos conlleva numerosos riesgos. Por un lado estaría la posibilidad de lesionarse, no sólo en pies y tobillos; si no también en rodillas, caderas y espalda. Y por otro lado estarían los daños a nivel de salud mental. Enfrentarse a las puntas cuando no se está preparada para ello puede generar problemas de confianza y autoestima.
Así que si deseas iniciarte en las puntas de ballet es muy importante no tener prisa y siempre ser evaluada por tu profesor o profesora de danza clásica.